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Editorial del Programa ECOS del día 22 de Enero de 2009

 

 

Yo no se si lo soñé, si acaso fue un sueño solamente, pero la semana pasada, durante un discurso oficial, la Presidente dijo que mandó abrir una investigación en todo el país por la fumigación de los campos de soja.
Y le ordenó a la ministra de Salud, Graciela Ocaña, que investigue la situación, ya que había visto en los diarios el problema en Ituzaingó Anexo, el barrio de Córdoba, donde se registran casos de cáncer por la exposición a agrotóxicos para la producción sojera.
La presidente dijo hoy que le solicitó a la ministra de Salud, Graciela Ocaña, que realice una investigación para determinar cómo impactan en la población las fumigaciones con agroquímicos.
"Yo le he pedido a la Ministra que realice una investigación porque hay cosas que hacen a la salud de todos los argentinos, por casos de contaminación y agentes cancerígenos", dijo la Presidente.

Sus palabras, que reprodujeron los medios nacionales sin sorprenderse, fueron dichas en el marco del acto de anuncios para el sector agropecuario en la Residencia presidencial de Olivos, ante empresarios y productores.

Explicó que si bien hay cuestiones de jurisdicción municipales y provinciales, cuando se trata de la salud de la población de todos los argentinos no hay divisiones posibles y "se debe actuar" para evitar complicaciones que luego se puedan lamentar.

¿Qué decir? Que está muy bueno, claro, en primer término.
Que hace muchos años, pero muchos, nosotros, el Grupo de Reflexión Rural, Madres de Ituzaingó, Acción por la Biodiversidad, el Centro de Protección de la Naturaleza, la FUNAM, venimos diciendo esto mismo que ahora ella toma de desayuno.
Que hay una movida nacional llamada Paren de Fumigar, que va por los pueblos alertando a la gente.
Que hay una cantidad de localidades que tratan de separarse del problema, al menos, estableciendo una franja de seguridad sin fumigaciones, como la ordenanza que con Bios y luego de fogonear dos años, logramos que se sancione hace pocos días (y que aún dicho sea de paso, no está reglamentada)
Que la Universidad Nacional de Rosario hace dos años sacó un trabajo de alerta diciendo que Monsanto había etiquetado como “no tóxico” al glifosato, y que era tóxico y había que proteger a la gente y al ambiente.
Y nadie movió un dedo desde la casa de gobierno. Nadie nos hizo caso, nadie acusó recibo de tantos miles de argentinos fumigados.
Vaya a saber qué ficha del juego de ajedrez que la Presidente lleva con el campo, es esta movida de darse cuenta de golpe que teníamos razón.
Dentro de un tiempo nos daremos cuenta del por qué, si hay hasta causas judiciales contra la s fumigaciones, no puede decir que no lo sabía.
Evidentemente éste es un nuevo caldito que le sirve en la sopa del conflicto con el campo. Ya veremos…