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Editorial del Programa ECOS del día 8 de Marzo de 2014

 

Japón duda y Francia decide. Transgénesis y energia nuclear. Qué paquete!

 

Hoy tenemos una nota de energía y una nota de transgénicos.
Para ello, dos cosas quería señalar:
Por un lado, el Gobierno francés anunció que va a dictar un decreto que prohíba los transgénicos para salir de la incertidumbre jurídica actual.
La cosa es que al maíz transgénico lo autorizó la Unión Europea.
Pero Francia está discutiendo con todos los países para que la aprobación de un organismo genéticamente modificado tenga que superar los mismos procedimientos que los fitosanitarios y los medicamentos, y que además, se respete si un Estado lo quiere prohibir.
También estuvo por internet, y al que guste le mando el link, un reportaje al Dr. Seralini de la TV francesa en el que cuenta crudamente qué le hace el glifosato a nuestras pobres células, y de cómo la clasificación de toxicidad ha sido trucha, por decirlo en criollo.
Eso en cuanto a los transgénicos y al planeta fitotóxico.
Por otro lado, varios países industrializados le han dado la espalda a la energía nuclear luego de Fukushima, entre ellos Alemania. Estados Unidos aún está a favor, pero ¿qué sucede en Japón, donde tienen ese peludo que no saben cómo apagar?: No dan debate público. El Primer Ministro en funciones, salió a decir un día después de las elecciones que pronto darían a conocer una estrategia energética “realista y equilibrada”, sin decir nada más.

 

 


Tras décadas de avanzar bajo la creencia de que el país de escasos recursos naturales necesitaba energía nuclear para competir económicamente, Japón ya no puede lograr un consenso nacional al respecto.
El país pasó de superávit comercial a déficit, al tener que pagar cuentas desorbitadas por combustibles fósiles para compensar la energía nuclear perdida. Rumores dicen que permitirán el rearranque de las centrales más nuevas a cambio de prometer que Japón se deshará de la energía nuclear en un futuro a medida que se desarrollen alternativas realistas.
Pero nada en firme hay. Sí, bueno, hay algo en firme:
El propio gerente de operaciones de la central calcula a ojo de buen cubero, cien mil millones de Euros el costo de apagar y encapsular Fukushima, aunque, claro, nadie sabe cómo cuernos hacerlo y sigue ardiendo, echando agua radiactiva al mar, y gases radiactivos.
Es un detalle…