Skip to: Site menu | Main content

Editorial del Programa ECOS del día 7 de Septiembre de 2019

 

Incendios y después

 

 

Las miradas del mundo están puestas en la región amazónica de Brasil, el pulmón del Planeta, donde hay devastadores incendios en medio de acusaciones cruzadas de la dirigencia.
En julio la quema avanzó el 278% en todo Brasil según datos del Instituto Nacional de Pesquisas Espaciales INPE.
Con información satelital el gobierno contabilizó 1.699 focos de incendio en el primer semestre del año, y las tres primeras semanas de agosto de 2019 se registraron 71.497. La cantidad de fuegos de este año representa un alza del 83% comparado con los mismos meses del año pasado.
Jair Bolsonaro volvió a respaldar a su ministro de Medio Ambiente, Ricardo Salles, y rechazó las críticas a su política ambientalista. A mediados de agosto, el mandatario destituyó al director del INPE por haber difundido los datos de la deforestación en todo el país. A Bolsonaro le llueven críticas por haber propuesto un giro radical en política medioambiental, defendiendo la explotación de la selva tropical, la legalización de la minería en las reservas indígenas y la reducción de la fiscalización en áreas protegidas.
El ministro de Medio Ambiente, fue a la Semana del Clima de América Latina y el Caribe, en Salvador, y fue recibido con abucheos. Ha sido acusado de haber cambiado las propuestas del plan de manejo de un área de protección ambiental para favorecer a empresas privadas. Además, una de sus primeras medidas fue frenar la demarcación de tierras indígenas.
Además, el presidente Bolsonaro acusó a las organizaciones ambientalistas de tener responsabilidades en los incendios dijo que cabía la posibilidad que los incendios fueran causados por diversas ONGs ambientalistas, enojadas porque su gobierno había decidido cortarles fondos. En otra ocasión, afirmó que todo era producto de las fogatas que hacen granjeros. “Puede haber, no lo estoy afirmando, acciones criminales de esas personas de las ONG para llamar la atención contra mi persona, contra el gobierno de Brasil. Esa es la guerra que enfrentamos”,
Parte de los Estados de Mato Grosso do Sul y Paraná también fueron afectados por la extensión de una intensa humareda procedente de los incendios, lo que forzó a un acortamiento del día debido al oscurecimiento prematuro.
el gobierno de Bolsonaro niega que todo esto sea verdad, y ha salido a disputar con vehemencia los datos provistos por el INPE y otros expertos.
"Me solían llamar capitán Motosierra y ahora soy Nerón incendiando el Amazonas. Pero si es la temporada de incendios", se defendió el mandatario.
Los gobiernos de Noruega y Francia suspendan partidas destinadas al Fondo Amazonía, dedicado a la protección ambiental en Brasil. Alemania ha tomado medidas similares.
Bolsonaro se ha manifestado como escéptico del calentamiento global por causas humanas, ha sido muy crítico de las ONG ambientalistas, que para él “representan intereses externos” y quieren evitar que Brasil se desarrolle económicamente.
Al comentar los incendios forestales destacó: “Sacamos dinero de las ONG. De las transferencias desde el exterior, el 40% iban para ONG. No lo tienen más. Terminamos también con las transferencias de dinero público, de modo que esa gente está sintiendo la falta de dinero”.
También arremetió contra gobernadores opositores que estarían actuando en connivencia con las ONG. “Hay gobiernos estatales que no están haciendo nada para combatir los incendios y podrían hacerlo”, aseguró.
“Importa menos el incendio en el Amazonas que en Notre Dame” decía el diario La Nación de Costa Rica, apuntando que en las redes sociales los usuarios reclaman más apoyo para los bosques, y dicen que si para Notre Dame brotaron donaciones “Express”, ¿a nadie le importan los bosque?
¿Por qué le dan más atención al pulmón de la fe que al pulmón del planeta?, dicen.
En Rusia, adonde al mismo tiempo se quemaban miles de hectáreas, Vladimir Putin, el presidente ruso, envió al ejército para tratar de detener las llamas, unos 3.000 efectivos con 400 equipos especializados en Siberia.
Desde que asumió al gobierno, Jair Bolsonaro dejó en claro que la protección ambiental no iba a ser una prioridad para su gestión.
Prometió abrir las tierras indígenas protegidas por la constitución a la explotación minera y forestal, con la excusa de que los indígenas podrán vivir de esas regalías. Asimismo, planea completar la construcción de Angra 3, una planta nuclear en la costa, entre las regiones de Sao Paulo y Río de Janeiro, complementándose con una gran represa hidroeléctrica en Belo Monte.
Noruega acusó a Brasil de provocar la deforestación del Amazonas al no invertir el dinero depositado por ese país y Alemania en el Fondo Amazónico, creado en 2008 para la prevención, la vigilancia y la conservación de la región. Enojado, Bolsonaro compartió una fake news en sus redes.
"Miren el asesinato de ballenas que promueve Noruega". El tuit incluye un video y fotos que muestran, con un fondo de música melancólica, una masiva caza de cetáceos. Las imágenes, sin embargo, habían sido registradas en las Islas Feroe, una posesión de Dinamarca en el Atlántico Norte.