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Editorial del Programa ECOS del día 23 de Mayo de 2020

 

Contaminación del aire y Alzehimer

 

 

Uno se piensa que la contaminación del aire a lo sumo puede provocar dolor de garganta o irritación ocular. Pero que no me va a pasar a mi, que ando todo el tiempo por el centro de la ciudad, y encima ahora con barbijo.
Hemos de saber que la exposición permanente a altos niveles de contaminantes en el aire, como material particulado y ozono, pone en riesgo la vida y la salud neurológica de niños y jóvenes dando inicio a la enfermedad de Alzheimer ya en la infancia.
Un reciente estudio en la Ciudad de México, revisó 134 autopsias de residentes urbanos de esa ciudad, de entre 11 meses y 30 años de vida, y halló dos indicadores de la enfermedad en casi todas las autopsias (133 de 134).
Se trata de alteraciones de la proteína tau, que aparece modificada químicamente respecto de la normal (con más fosfatos) y acumulaciones de la beta-amiloide; la acción de ambas desestructura la arquitectura del cerebro. Eso significa que los jóvenes ya tienen la enfermedad.
Las etapas preclínicas son muy cortas, y una vez que la proteína tau está allí recargada, la cadena de eventos no se detiene.
El estudio también encontró en el cerebro la presencia de nanopartículas fruto de la combustión, si, de los autos, y si, adentro del cerebro: sustancias tóxicas, como metales, que generan una respuesta inflamatoria, cuya prolongación en el tiempo altera el funcionamiento celular y la comunicación en el cerebro, causando neurodegeneración.
Las autopsias incluyeron individuos desde el nivel socio-económico bajo hasta clase media y profesionales entre 11 meses y 30 años de edad, reitero, muertos por accidentes, suicidios u homicidios y en 99,25% de los casos se identificó la enfermedad de Alzheimer.
Ya se había probado el menor desarrollo cognitivo en ciudades con aire contaminado, pero llama la atención en el nuevo estudio que en la niñez misma se hayan encontrado proteínas específicas de la enfermedad de Alzheimer, que suelen detectarse generalmente en personas de más de 60 años. La contaminación del aire muy probablemente actúe como un factor de riesgo ‘modificable’ para la enfermedad de Alzheimer, al igual que la dieta rica en grasa y azúcares, y se necesitan estudios más sistematizados para definir los mecanismos de la contaminación en esta patología.
Otra investigación realizada en Canadá en 2017 encontró que quienes vivían en centros urbanos muy poblados cercanos a las principales carreteras tenían mayor incidencia de demencia. La enfermedad de Alzheimer es el tipo más común de demencia, representando alrededor de 50% de todos los casos. Ocasiona pérdida de la memoria, problemas para comunicarse y razonar, desorientación, desconocimiento de familiares, y cambios en el estado de ánimo y conducta.
Es prioritario y urgente el control de la contaminación del aire incluyendo la regulación de los vehículos y la implementación de medidas para asegurar la salud neurológica de niños y jóvenes, en especial durante las dos primeras décadas de vida. Qué lejos estamos de la solución….