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Editorial del Programa ECOS del día 27 de Junio de 2020

 

Enmienda de Kigali: no todo químico nuevo es mejor…

 

 

Todos recordamos el Protocolo de Montreal, un protocolo del Convenio de Viena para la protección de la capa de ozono, diseñado para reducir la producción y el consumo de numerosas sustancias que reaccionan con el ozono y lo destruyen. El acuerdo se realizó en 1987 y entró en vigor el 1 de enero de 1989. Y si todos los países cumplen con los objetivos propuestos dentro del tratado, la capa de ozono podría recuperarse para el año 2050.
Tuvo, es cierto, un alto grado de aceptación y de implementación por lo cual el tratado es considerado como un ejemplo excepcional de cooperación internacional, con un objetivo claro, como es el de la recuperación de la capa de ozono.
Todo muy lindo. Todos recordamos el momento en que desaparecieron los aerosoles con fluorocarbonos, los gases de las heladeras, de los aires acondicionados y de múltiples instalaciones industriales.
Mostrábamos a las visitas la etiqueta de nuestra heladera o la que el service del aire acondicionado nos pegó al cambiarle el gas por uno que no destruya la capa de ozono.
¿Pero sabe qué? Parece que esos gases al ozono no le hacían mal, pero para el calentamiento global resultaron un verdadero desastre.
Tan desastre fueron, (y nadie se dio cuenta antes, caramba) que hubo que salir a decir “paren todo, que éste gas es peor que el otro!”.
Y no lo digo como una ecologista fanática o de desconfiada nomás, no. En octubre de 2016, las Partes en el Protocolo de Montreal aprobaron por unanimidad una Enmienda: La Enmienda de Kigali que viene a juntar estos platos rotos y poner las cosas en orden: incorpora en el Protocolo de Montreal la producción y el consumo futuros de hidro fluoro carburos (HFC), lo cual supondrá una importante contribución a la lucha contra el cambio climático.
Entre los productos químicos fluorocarbonados, incluidos los HFC, se encuentran muchos de los gases de efecto invernadero más potentes.
En términos de impacto sobre el calentamiento global, la liberación de 1 Kg. de ciertos fluoro carburos suele ser entre 1.000 y 10.000 veces peor que la liberación de 1 Kg. de CO2
Los HFC son sustancias químicas que no agotan la capa de ozono, claro, pero en términos de calentamiento global, fuimos de la sartén al fuego.
El alto potencial de calentamiento atmosférico de los HFC representa una gran desventaja, motivo por el cual se debe fomentar el uso de alternativas que no dañen la capa de ozono y tengan a la vez un bajo impacto climático.
¿Qué mercados se verán afectados? El principal mercado de los HFC es el de la refrigeración, el aire acondicionado y las bombas de calor. La Enmienda de Kigali va a afectar a la mayoría de las aplicaciones de este sector, por ejemplo, la refrigeración de supermercados, el aire acondicionado de edificios y aire acondicionado de los automóviles. La fabricación de espuma aislante, los aerosoles y los equipos de protección contra incendios son otros de los mercados que hay que reemplazar.
En virtud de la Enmienda de Kigali, se prevé una reducción del 85% en el uso mundial de HFC antes del año 2050. Esta reducción del consumo mundial de HFC podría evitar un calentamiento de hasta medio grado centígrado.
La Enmienda de Kigali al Protocolo de Montreal relativo a las sustancias que agotan la capa de ozono entró en vigor el 1 de enero de 2019 y abre una ventana para rediseñar equipos de refrigeración que sean más eficientes energéticamente, lo que favorecería aún más la acción climática.
¿Cómo se va a implementar? en tres fases: un grupo de países desarrollados ya empezó la eliminación gradual de HFC a partir del 2019; los países en desarrollo deben detener su uso para 2024 y un grupo menor de países, en 2028.
El proceso de reducción de los HFC no está exento de dificultades. Falta de disponibilidad de tecnologías y fluidos de bajo potencial de calentamiento, falta de habilidades técnicas y de capacitación, los Códigos y estándares de seguridad inadecuados que han quedado obsoletos, aunque claramente va a reportar ventajas ambientales significativas.
Quería contarles estas cosas, porque no aparece en los diarios, ha entrado en vigencia, y ahora que lo sabe, ya puede dejar de mirar con tanto cariño a su heladera. Cuando se rompa, la nueva va a tener dos sellos: el del ozono y el del calentamiento global.
Me pregunto ¿por qué no lo calcularon antes? en fin, el ozono y el cambio climático están muy bien, pero ya se sabe: negocios son negocios.