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Editorial del Programa ECOS del día 26 de Junio de 2021

 

Trigo OMG y mentiras

 

 

Naturaleza de Derechos realizó una nota que Agencia de noticias Tierra Viva publicó sobre en qué está el caso del trigo transgénico.
En Brasil, su Comisión Técnica Nacional de Bioseguridad es la que autoriza los transgénicos y tenía en carpeta autorizar la entrada del trigo argentino.
Los creadores del trigo transgénico argentino (la empresa Bioceres) están a la espera de la luz verde para empezar a plantar en esta temporada de siembra y venderle a Brasil. Si Brasil no lo aprueba, no será negocio.
El proyecto llegó a la mesa de la Comisión Brasilera, pero … lo pasaron para la reunión de agosto. ¿Por qué? Por varios motivos,
Una presentación administrativa que interpuso el abogado Pedro Serafim, que coordina el Foro Nacional de Combate contra los Impactos de los Agrotóxicos, respaldado por las organizaciones de la Campaña Permanente contra los Agrotóxicos y por la Vida, más el Instituto Brasileiro de Defensa del Consumidor, denunciando a Bioceres por haber presentado información falsa en su solicitud de autorización ante las autoridades brasileñas para que le aprueben el ingreso del trigo transgénico a Brasil.
Bioceres estaba ofreciendo su trigo transgénico a quien lo quiera comprar, a través de una plataforma Web, usted ponía la zona adonde lo quiere sembrar, y zás, aparece en el acto qué semilla es mejor. El cliente acepta su trigo HB4, y ahí ya le dicen que debe plantarlo usando el fertilizante de Bioceres Microstar PZ, el otro llamado Rizospray Extremo, también de Bioceres, y… el glufosinato de amonio al 28 por ciento a dos litros por hectárea mínimo.
Sobre este agrotóxico, la creadora del trigo OMG, Raquel Chan, declaraba a quien la quiera escuchar, que el gen que el modificaron al trigo no es para que se fumigue con este químico al cereal, sino solamente un gen marcador que sirve de herramienta hacia el objetivo que es que el grano tolere la sequía, y afirmaba (cito) “no hay por qué usar el glufosinato” “Este trigo se puede usar sin usar herbicida”. Y esto fue lo que le explicaron a los brasileros, para que aprueben la semilla, y agregaron de hecho que el glufosinato de amonio ni siquiera está autorizado para su uso en el trigo en Argentina.
Esas manifestaciones quedaron como declaraciones juradas en el expediente administrativo en el Brasil, pero Bioceres en su oferta comercial a la peonada argentina, dice todo lo contrario.
De ahí la presentación del oficio ante la Comisión Técnica Nacional de Bioseguridad y el Ministerio Público Federal de Trabajo brasilero, denunciando las falsedades con las cuales la empresa Bioceres trataba de vender el trigo transgénico al país hermano.
La presentación va firmada por la Asociación Brasileira de Agroecología, Agricultura Familiar y Agroecología, la Asociación Campesina Nacional, el Instituto Brasilero de Defensa del Consumidor, la Asociación Nacional de Pequeños Agricultores y Tierra de Derechos, entre otras organizaciones.
O sea, Bioceres le dijo a Brasil que ese trigo no necesitaba del glufosinato de amonio (y en su sitio dice lo contrario) reforzando esto con el argumento de que en Argentina estaba prohibido (que no lo está). Con esos falsos argumentos de paso cañazo, se evitaba Bioceres que en la audiencia en Brasil alguien se pusiese a preguntar sobre los efectos adversos para la salud de los residuos de glufosinato en los alimentos que se hiciesen con esa harina.
Astutos los Bioceres… “proceder malicioso” se dice en el lenguaje formal.
Claro, cuando se hizo esta presentación, Bioceres sacó rápidamente de su Web el maldito glufosinato…. Pero era tarde, ya estaba registrado ante la justicia.
Que se haya frenado todo, no es porque a los muchachos de la agencia brasilera, y mucho menos a Bioceres les haya agarrado la culpita. No. Se debe pura y exclusivamente a la velocidad con que ONGs, científicos de centenares, activistas, medios de comunicación amigos, abogados y gente en general con sentido común y bien intencionada, se remangaron a la vez, rápidamente y tiraron de este telón que cubría el macanazo.
Sepámoslo: cuando ponemos una firma en un petitorio, cuando reenviamos un mensaje viral con estas alertas, estamos muchas veces logrando que el tiro salga para el lado de la justicia. En este caso, decimos con absoluto signo positivo: “siga participando”. El silencio es el peor amigo posible.