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Editorial del Programa ECOS del día 26 de Noviembre de 2022

 

Flamencos puneños en problemas

 

 

Estudian flamencos andinos amenazados por la minería y el cambio climático.
En salares de Salta y Jujuy, contaba vez pasada el diario Pagina 12, en una nota traducida por Alex Jahn y Enrique Derlindati, cuyo autor era Jonathan Hines. Era un artículo originalmente publicado por el Environmental Resilience Institute de Indiana University, en Estados Unidos.
¿Por qué lo traigo a colación? Tengo un vínculo especial con los flamencos que se remonta a una causa judicial que llevé adelante en Mar Chiquita para que la Fuerza Aérea no dispare sobre la zona en la cual anidaban estos preciosos animales, y claro, todo cuanto tenga que ver con ellos me llama la atención.
Esas aves son nómadas y regularmente pasan de un lado y del otro entre Chile, Bolivia y nuestro país. En el verano nidifican en las lagunas de la Puna, con tan mala suerte que van a donde hay cada vez más empresas explotando litio.
Son los flamencos más raros del mundo. Y van a salares y lagunas de los Andes para alimentarse y nidificar.
Su entorno a más de 4000 metros sobre el nivel del mar está compuesto de enormes salares, montañas nevadas… podemos imaginarlos, rosados, altos y esbeltos, en medio de ese mundo blanco.
Pero los flamencos no son eternos. Su población total se estima en menos de 80.000 aves, y como todas las de su especie, amenazas por el cambio climático y el avance del extractivismo. El litio, para ser más exactos, que modifica drásticamente el frágil ecosistema del salar.
Científicos de Argentina y de EEUU están documentando los movimientos de los flamentos para entenderlos mejor y buscar cómo protegerlos.
"Los flamencos son nómadas. Nadie sabe dónde un determinado flamenco andino pasa distintas partes del año", explica el doctor Alex Jahn, uno de los investigadores. "Los flamencos andinos pasan el breve verano andino nidificando en las lagunas de la Puna, y luego la mayoría desaparece hasta el próximo verano. Pueden ir al este un año y al oeste el próximo año, desplazándose cientos de kilómetros entre lagunas. Necesitan agua poco profunda para encontrar su comida microbiana, su principal fuente de alimento. Lo que tratamos de hacer es comprender mejor sus rutas migratorias, dónde pasan el invierno y sus necesidades ecológicas".
Para marcar las aves, Jahn está colaborando con el doctor Enrique Derlindati, profesor de la Universidad Nacional de Salta, y con Joaquín Cereghetti, quien tiene experiencia con la captura de aves. El pasado mes de febrero, ellos pasaron varios días en las orillas de la Laguna de Vilama, un gran lago en el noroeste de Argentina a dos días de viaje desde Salta. Hace dos años, hicieron lo mismo en el Salar del Lullaillaco.
Capturan a los flamencos los pesan y le colocan una diminuta mochila con un diapositivo GPS, que durante 4 años enviará una señal a diferentes satélites para estudiar dónde van y la frecuencia con la que se mueven entre diferentes lugares. Cuando estos datos se complementan con datos ambientales, como la temperatura, la altitud y el clima, se obtiene un conocimiento detallado de las necesidades ecológicas de estas aves amenazadas.
Los datos son especialmente importantes para asegurar la conservación de las poblaciones de estas aves. Debido a la falta de información sobre el tamaño de su población y de las amenazas que enfrentan, los flamencos andinos no están actualmente reconocidos como en peligro de extinción por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.
"Actualmente, no hay ningún acuerdo internacional para proteger a los flamencos andinos", afirma Derlindati. "Aunque hay varias reservas protegidas en la región, los primeros datos indican que los flamencos pasan la mayor parte del año en lugares que no están protegidos. Las leyes internacionales de conservación son especialmente importantes, porque los flamencos cruzan regularmente las fronteras de Chile, Argentina y Bolivia" dicen.
Los impactos del cambio climático en los flamencos andinos son otro factor que los investigadores están estudiando. Cuando Jahn y sus colaboradores realizaron el último viaje a Argentina, la Laguna de Vilama estaba con niveles de agua inusualmente profundos, debido a las fuertes lluvias. Como consecuencia, la profundidad del agua dificultaba la búsqueda de comida por parte de los flamencos. En cambio, otras lagunas de la región han disminuido su tamaño en los últimos años o se han secado por completo. Como resultado, es posible que actualmente haya menos lugares donde estas aves puedan comer y nidificar.
Irónicamente, dice la nota, gran parte del crecimiento de la minería de litio en la región está impulsada por el aumento en la demanda de una tecnología considerada como una solución al cambio climático: las baterías de litio, que son usadas en varias tecnologías, como teléfonos móviles y autos eléctricos. La mayor cantidad de litio del planeta se encuentra en el llamado "Triángulo del Litio", que abarca gran parte de la distribución del flamenco andino.
En el viaje anterior de 2020, Jahn marcó dos flamencos andinos en uno de sus pocos lugares de cría conocidos en Argentina. Para acceder a la ubicación de los flamencos, tuvo que obtener el permiso de la empresa minera de litio que tenía la concesión del lugar.
"Se trata de lugares muy remotos en los que aparecen equipos pesados y mucha gente para llevar a cabo una explotación minera a gran escala, prácticamente de la noche a la mañana", explica. "Necesitamos baterías recargables para hacer frente al cambio climático, pero también necesitamos tener cuidado en la forma en que hacemos esta transición de petróleo a otras fuentes de energía.”
Para pensar en esta reflexión aparecida en el Environmental Resilience Institute de Indiana University, en Estados Unidos.