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Editorial del Programa ECOS del día 4 de Mayo de 2024

 

Resistencia de las malezas

 

 

Muy buenas, leía el otro día un excelente reporte de la agencia Sobre la Tierra, de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires, que quiero compartir con ustedes, y cuyo título es “Veinticuatro especies de malezas ya resisten a los herbicidas en la Argentina”.
Dice el informe que la aplicación continua de estos agroquímicos elevó los casos de resistencia, y que un estudio registró la mayor cantidad con el uso de glifosato, en soja y sobre todo en Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe.
Desde hace casi dos décadas, la agricultura nacional depende del uso de agroquímicos. Esto incrementó la cantidad de malezas resistentes a los herbicidas. Este estudio señaló que 24 especies distintas ya resisten a diferentes productos en los campos del país, en particular en Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba. La mayor cantidad de casos se observaron con el glifosato, en el cultivo de soja y en las malezas gramíneas.
“Desde 2010, la cantidad de especies resistentes a herbicidas aumenta de manera ininterrumpida”, afirmó Fernando Oreja, autor principal del trabajo publicado en la revista científica Weed Research. “Por eso, diagnosticamos el problema para desarrollar estrategias más efectivas de manejo de malezas”, agregó.
El trabajo se hizo en base a publicaciones científicas para garantizar que el registro de los casos de resistencia respondiera a un protocolo estricto
“En el cultivo de soja identificamos 19 especies resistentes, 13 en maíz y 10 en trigo y cebada. Además, por lejos, el glifosato fue el herbicida que generó más casos de resistencia, con un 92%. El investigador, actualmente en la Universidad de Oregón, explicó que en Buenos Aires predominan las malezas de invierno resistentes relacionadas al cultivo de trigo. Por su parte, en Córdoba y Santa Fe, las principales son los yuyos colorados y otras especies de verano más asociadas a la producción de soja y de maíz.
“Los herbicidas actúan como factor de selección. Esto significa que, en los lotes, año a año se multiplican aquellas plantas que sobreviven a las aplicaciones”.
Según el investigador, para combatir este proceso se debería remover el herbicida que selecciona a las plantas que poseen la capacidad de sobrevivir. Como esto no es sencillo, la propuesta es adoptar un manejo integrado de malezas en el cual la aplicación del herbicida sea una medida más dentro de la ‘caja de herramientas’. Realizar prácticas para mejorar la ventaja competitiva de los cultivos; por ejemplo, modificar la distancia entre surcos, la densidad o las fechas de siembra, o adoptar cultivos de cobertura para prevenir que las plantas resistentes produzcan semillas. Y por supuesto, rotar cultivos y realizar controles mecánicos cuando sea posible”. El manejo integrado es proactivo y se debe tomar antes de que aparezca el problema en el lote. “Implementarlo requiere tiempo y estudio. Entendemos que puede ser complejo para los asesores o los productores porque deben atender varios frentes en su día a día”, dice el investigador.
Como sea, desde la agroecología se viene alertando una y otra vez del problema, desde tiempos lejanos. Las plantas resisten, y cada vez van a resistir más. ¿Qué químico ultra recontra tóxico estarán planeando para “solucionar” el problema? ¡Ay, naturaleza!