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Editorial del Programa ECOS del día 1 de Marzo de 2025
Cara la basurita nuclear
Muy buenas! Empezamos marzo nomás. Quería contar primero, que a contrapelo de lo que sucede en el mundo, el país coquetea de nuevo con las centrales nucleares, y la gente se pone en contra, como no puede ser de otro modo. Dos cositas para ver qué pasa en otras latitudes:
España ha ordenado el cierre de sus centrales nucleares entre 2027 y 2035, siguiendo el ejemplo de Italia y Alemania, y la lista se irá engrosando, porque apenas se empieza a mirar el legado, la basura, el problemón que generaron con las centrales andando, se les caen las medias y tienen que arremangarse y empezar a invertir para tratar de que sea menos mala esa herencia, que de suyo es la peor que podemos dejarle al futuro. Los residuos nucleares y las instalaciones contaminadas.
España anunció que construirá un "superlaboratorio" portátil para desmantelar las centrales, y que será portátil y la irán llevando de aquí para allá. Los módulos serán totalmente estancos para evitar fugas y garantizar el blindaje radiológico. Del cementerio no se habla aún, pero si de esta planta portátil con la que desmantelar los reactores. Las sociedades públicas Enusa (que fabrica el combustible nuclear) y Ensa (que fabrica los equipos de almacenamiento) han sacado a concurso el proyecto para tratar las toneladas de residuos de media y baja radiactividad. De las de alta (como el combustible agotado, no se habla). La consultora que gane el concurso tendrá que detallar cómo construirlo, asegurar la estanqueidad entre los módulos, desarrollar los sistemas de protección radiológica y determinar un presupuesto.
Por su parte, Suecia inició la construcción de un depósito para residuos radiactivos que resistirá 100.000 años, dicen. (¿Cómo se hará esa cuenta, digo yo?). Forsmark albergará 12.000 toneladas de desechos radiactivos en cápsulas diseñadas para resistir la corrosión de 100.000 años. (Celebremos el optimismo)
El depósito contará con 60 kilómetros de túneles a 500 metros de profundidad y será, claro está, solo para su basurita nuclear. Será el segundo país en el mundo en implementar un basurero de este tipo, después de Finlandia.
El depósito estará ubicado a unos 150 kilómetros al norte de Estocolmo, y espera recibir 12.000 toneladas de residuos radiactivos ya almacenados, pero no alcanzará para los residuos de futuros reactores que están en carpeta en el gobierno sueco. Según la Asociación Nuclear Mundial, en el mundo hay unas 300.000 toneladas de combustible nuclear gastado, mayormente almacenadas en estanques de refrigeración cerca de los reactores que lo produjeron.
El programa completo de gestión de residuos nucleares en Suecia podría alcanzar los 171.000 millones de coronas suecas.