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Editorial del Programa ECOS del día 5 de Marzo de 2009

 

Estaba escuchando declaraciones de naciones unidas, a través de la FAO, (agricultura y alimentación) en apoyo y fomento a los bosques sembrados para el suministro, dicen, de madera y para mitigar el cambio climático.
Dice Jorge Millares de radio ONU

ONU x edit "Ayudan también a mitigar los efectos negativos del cambio climático al absorber más de un millón de toneladas de carbono al año", Se espera que en las próximas décadas aumenten de forma significativa, tanto por su valor económico como ambiental”

Esto es así: más demanda de madera en el norte, más bosques implantados en el sur.
Más emisiones de dióxido de carbono en el modelo de consumo del norte, más bosques implantados en el sur.

Y naciones unidas, fomentándolo todo.
Qué pasa en el sur? Dice Ricardo Carrere del Movimiento Mundial por los bosques, en relación al suelo que queda en una plantación de árboles.

 

Monocultivo Forestal en Uruguay, un bosque "ordenado" y bien silencioso

 

“Si uno mira el suelo en una plantación de pino, uno ve que hay una acumulación de pinocha, de hojarasca, en la cual prácticamente no vive nada. Uno no ve pájaros viviendo, no ve insectos, es un desierto desde el punto de vista alimenticio para la fauna. En el caso de las plantaciones de especies exóticas, en los monocultivos, lo que siento es un gran silencio. El único ruido es cuando uno va quebrando ramas que no se han descompuesto, y no se han descompuesto justamente porque no existe macro y micro flora y fauna que son las que descomponen la materia orgánica cuando va cayendo de los árboles y la reincorporan al suelo. Es decir, hay una serie de impactos que se van repitiendo, precisamente porque no son bosques.”

Pero no solo se pierde fauna, flora, y suelo, que servía para dar de comer…

“El primer problema que ocurre normalmente es que son de gran extensión y normalmente ocupan tierras o bosques que ya estaban siendo utilizados por poblaciones locales. Entonces, esas poblaciones locales se ven afectadas en todos sus medios de supervivencia, se quedan sin la tierra”.

Se quedan sin la tierra. O por ahí, deciden arrendarla. Que venga otro y plante eucalipto o pino e irse a vivir al pueblo.
Dice Ruperto Ramos, campesino mapuche:

“Hay muchos lugares en los que los vecinos, sus papás, plantaron mucho eucalipto y ahora están sin agua, no tienen agua. Su pozo, que antes tenía un metro y tenían agua permanente ahora no tienen agua y tienen que buscar a una profundidad de siete metros el agua, la napa de agua. Entonces yo les dije qué pensaban a futuro, qué le iban a dejar de recuerdo a sus hijos, si le iban a dejar el eucalipto o le iban a dejar el agua.”

Yo quisiera que se entienda:
Nos eligieron como región de sacrificio para la extracción de minerales, para la generación de energías, para el aporte de grano, de agua o de nutrientes. El precio que pagamos es la pérdida de todo.
Para sostener el sistema de vida del norte, se necesita todo eso que nosotros tenemos. Hay que organizar al mundo de ese modo. Y las naciones unidas promueven ese orden. Desde siempre.

¿Qué es lo que pasa después? Esa es la pregunta. Si uno mira la historia, ve que lo que han dejado este tipo de cultivos promovidos a escala internacional, a escala mundial, han resultado en la destrucción total de la vida de la gente y de los ecosistemas en los que vivía la gente. En todo esto lo que ha habido es una apropiación de la tierra primero, que pertenecía a campesinos que vivían allí; segundo, ha llevado a un boom económico en la región, del cual poco se ha beneficiado la gente local, pero si, algunos pocos, pero después que desaparecen, los empresarios simplemente se van, y lo que dejan atrás es el desastre completo y la gente termina viviendo mucho peor que antes.”

Si no entendemos esto, no podremos ver adonde van las fichas de este juego que nos han obligado a jugar. Léase Monsanto, Barrick, Rio Tinto, Alto Paraná, Ytaipu.

Es, al menos eso creo, mejor saber el mapa en el que andamos, que estar a ciegas reciclando latas o juntando pilas.
Nuevamente la pregunta que nos hacíamos cuando hablábamos del día de la energía: Todo esto, pero… ¿para qué? ¿Para quién? Y agregamos ¿a qué costo?