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Editorial del Programa ECOS del día 18 de Febrero de 2010

 

Pensamiento sistémico: la tecla que nos falta en la cabeza

 

El otro día me di cuenta que nadie está exento de hacer lecturas demasiado parciales de la realidad.
Que a veces no vemos las tramas y nos quedamos solo con la mano que tiende el caramelo y no vemos detrás, al ladrón de niños.
Solemos dar por buenas las iniciativas que dicen solucionar temas de agotamiento de recursos o contaminación. Por ejemplo, estuvimos a punto de caer en la trampa de los agrocombustibles, ustedes saben: el pase de la dependencia de las corporaciones petroleras a las agropecuarias, agregando al problema del aire, el problema del pobre suelo. (Recordarán, el agrocombustible que apareció como la solución a la contaminación aérea del petróleo y resultó no solo contaminar lo mismo, sino traer problemas enormes sobre suelos y aguas.)

Digo esto porque una también puede caer en la trampa. Miren si no:
Cada vez que aparece una noticia sobre autos eléctricos (y últimamente veo que están los grandes fabricantes pugnando por ser cada una la mejor, y una ofrece una autonomía de 200 Km., y la otra un auto pequeño para ciudad, y la otra facilidad de carga) yo me digo: qué bueno! Imaginen una ciudad silenciosa, con autos y buses que frenan en completo silencio, apenas con un sonidito de metales acomodándose .
Imaginen las calles sin humo. Que nos pasen los autos por al lado sin echar nada de gases.
Suena muy bien.

Esta semana leía en un informativo europeo, que Organizaciones ecologistas advierten que poner más coches eléctricos en la carretera podría aumentar las emisiones de CO2
¿Cómo es eso? Me dije. Es imposible!
Y si, aumentarían las emisiones a menos que usen energía verde.
Esto lo dice el informe Electricidad verde para los coches eléctricos. Desarrollo de recomendaciones políticas para aprovechar el potencial climático de los vehículos eléctricos – trabajo conjunto de Amigos de la Tierra, Greenpeace, Transport & Environment y WWF-Alemania.

Como se entiende?
Al coche eléctrico lo tengo que enchufar en algún lado para recargar sus baterías.
Y esa energía que viene del enchufe ha sido generada en alguna usina.
Aquí es donde cabe preguntarnos si acompañarán al coche eléctrico las viejas y contaminantes maneras de generar energía, como la quema de fuel oil, la nuclear o las mega represas. O si se hará un combo sustentable que no llegue solo hasta la punta del cable, y siga más atrás, viendo de dónde viene y qué produjo antes de cargar mi batería?

Se comprende?
La mayoría de los problemas que tenemos que abordar en este milenio vienen de arrastre de no haber mirado para atrás en los procesos.
¿Aparece un bicho en mi verdura? Zás! Le tiro con lo que tenga, cuanto más poderoso es, mejor.
Pero ese veneno, ¿de donde viene? ¿Adónde va?
¿Necesito un aislante para los transformadores? Ya está! Pongo PCB que es bárbaro!. Pero… ¿de donde viene? Adonde va?
¿Necesito un aislante para la construcción? Buenísimo! Existe el amianto! Pero, ¿miro de donde viene y adonde va?
Podría seguir poniendo ejemplos todo el día. Por eso, a la hora de los autos eléctricos, que son excelentes, veamos de acompañar con una propuesta sensata que más tarde no obligue a un Al Gore a deambular por el mundo explicando que el petróleo calentó todo, o que no haga que los ecologistas juntemos toneladas de pruebas contra la energía nuclear.
Pensemos sistémicamente, porque parece que nuestra generación vino sin esa ficha en la cabeza.