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Editorial del Programa ECOS del día 28 de Septiembre de 2010

 

En alpargatas sobre el uranio

 

 

Vamos a volver un poco en el tiempo para hallar que no estamos tan solos a la hora de comparar incompetencias y desmanejos nucleares:
Vamos a Palomares, en la costa de España, adonde andan 6.000 metros cúbicos de tierra radiactiva sin dueño.
La limpieza definitiva depende de que EEUU acepte llevarse el plutonio liberado en 1966, tras la caída de cuatro bombas atómicas
Cuenta el diario Rebelión que España no sabe qué hacer con esos 6.000 metros cúbicos de tierra con plutonio. Ni tiene dónde guardarlos ni, de momento, hay voluntarios fuera del país para hacerse cargo de esa basura radiactiva.
45 años después de la colisión de los dos aviones el organismo responsable de su descontaminación, el Ciemat, está ultimando el plan de limpieza definitiva del enclave.
El 17 de enero de 1966, un avión nodriza y un bombardero B-52 procedente de la base aérea de Morón, en Sevilla, chocaron durante una maniobra de repostaje en vuelo. Tres bombas de hidrógeno cayeron a tierra y una acabó en el Mediterráneo.
Palomares pudo haberse convertirse en Hiroshima. Los paracaídas de dos de las bombas fallaron y su explosivo convencional reventó al chocar contra el suelo. Por muy poco no hubo un hongo nuclear en Almería. Sin embargo, el plutonio acabó espolvoreado por más de 200 hectáreas.
Ahora, el plan de rehabilitación pretende dejar la zona tal y como estaba en 1965. La limpieza duraría tres años, requeriría un equipo de 20 personas y costaría entre 20 y 30 millones de euros.
El dinero no es problema. El problema es qué hacer con los 6.000 metros cúbicos de tierra contaminada. En las semanas siguientes al accidente, más de medio millar de soldados del Ejército de EEUU y un centenar de agentes de la Guardia Civil retiraron más de mil metros cúbicos de tierra de la zona cero y los enviaron al almacén de residuos radiactivos de Savannah River, en Carolina del Sur, perteneciente al Departamento de Energía estadounidense. Ahora, la cantidad se multiplica por seis y el Gobierno de Barack Obama, de momento, se lava las manos, y la negociación está en punto muerto.
Y España no tiene opción: Si EEUU no se lleva la tierra radiactiva, el plan de limpieza no se llevará a cabo.
El Almacén Temporal Centralizado, ese depósito que custodiaría las 6.700 toneladas de residuos nucleares de los reactores españoles, está en el aire, pues faltan pactos y aceptación de los municipios que se lo arrojan como papas calientes uno al otro, o le saltan a la yugular a los intendentes que se ofrecen para recibir la basura nuclear sin consultarle a sus ciudadanos.
Además, estará diseñado para albergar barras de combustible de uranio gastado, no bidones con tierra.
En el paso previo a la limpieza, la elaboración de un mapa de la radiación del terreno, EEUU colaboró, pero costó mucho más de lo que ellos pusieron. Costó 10 millones de euros, pero EEUU sólo aportó poco más de un millón y medio.
Hoy, hay 1.000 personas vigiladas, pues desde el accidente, el Ciemat ha analizado periódicamente la salud de mil personas. En 1985, la incidencia de muertes por cáncer era inferior a la media nacional.
40 hectáreas contaminadas, y 30.000 barriles pendientes de ser puestos en algun sitio, pero parece que en ninguna parte de este planeta, al menos, los quieren cerca.
Me pica la punta de la nariz y lo debo decir: Y por casa como andamos? En alpargatas encima de la meseta de residuos radiactivos de Malargue. Tratando 14 años para hacer el 12% del trabajo de remediación y hoy, sin plata y todo parado. … sin dosímetros… con un alambradito olímpico para frenar la radiación hacia el pueblo que empieza ahí, del otro lado de la calle.. Con animales que mueren con las entrañas ennegrecidas sin saber por qué.
En fin, sigamos en el rumbo nuclear ocultando todas estas cosas, y pobre humanidad, qué te veo…