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Editorial del Programa ECOS del día 5 de Diciembre de 2015

 

Un buen motivo para rechazar un premio

 

Dr. Ginés González García,
Pte. Fundación ISALUD
De mi mayor consideración

Deseo agradecerle se me haya tomado en cuenta para el Premio ISALUD en Salud y Ambiente, que vuestra institución otorga anualmente, mas siento la necesidad interna de declinar su aceptación.
Motiva mi decisión el hecho de haber seguido muy de cerca el desarrollo de las políticas en el momento en que fuera usted a la vez creador de esta institución privada que hoy me premia y Ministro de Salud y Ambiente de la Nación.
En el año 2003 sostuve con usted, junto a media docena de compañeros de diferentes ONGs argentinas de la RENACE, preocupados por los temas ambientales sanitarios, una reunión en vuestro despacho en la cual además, le entregamos un completo documento temático. Hablamos entonces sobre diferentes problemas de salud asociados a prácticas productivas, que estaban desatendidos desde su cartera.
Deseo enfocarme en uno, porque sobre su resolución me dio usted personalmente su palabra de honor de que iba a intervenir para resolver el punto. Y tengo para mí, que la palabra de honor es cosa seria.
Eran épocas en las cuales se inundaba a los comedores infantiles y populares con bolsones de soja transgénica, y se estrenaban unos aparatos llamados “vacas mecánicas” que producían un jugo de soja para que beban los niños argentinos. Eran tantas las alarmas sanitarias en relación a alimentar a niños, embarazadas y personas mal nutridas con ese producido, que el gobierno había convocado a través del Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales, a una mesa de trabajo en 2002 para analizar si en verdad estaba siendo perjudicial dar soja a personas en situación de vulnerabilidad.
El documento, como recuerda, fue contundente. Entre otras cosas, dice que la soja como alimento debe usarse en cantidades no mayores a 25gr por porción y hasta dos veces por semana. Y desaconseja el uso de la soja en niños menores de 5 años, especialmente en menores de 2 años. La lista de efectos adversos que implica el consumo de soja en esa franja crítica de la población es impactante y excede el marco de esta carta. Se confeccionó un folleto para las cocineras de los comedores, con el logo de Ministerio. Su palabra de honor, doctor, había sido la de difundir con urgencia esas informaciones. Pero nunca lo hizo.
Es posible que sea éste solo un detalle, pero en aquél momento, cuando las carteras de Salud y Ambiente estaban unificadas y usted creaba ISALUD, también le solicitamos incluir una serie de temas como el impacto de los agrotóxicos, de la mega minería hidrotóxica, de los basurales en la salud de las comunidades. Ni en su desempeño como Ministro ni luego, desde el ámbito privado a través de esta Institución que hoy me premia, se han abordado estos temas. Afortunadamente muchas universidades del país están haciéndolo, a través de Cátedras abiertas (como la UBA, UNMdP y otras), Cátedras curriculares (como UNLaM, UNR y otras), o acogiendo congresos como el de Médicos de Pueblos Fumigados, recientemente en la UBA. En algún lugar de mi interior guardaba la esperanza de que desde su institución en el ámbito privado, pudiese usted dar cumplimiento, finalmente, a su palabra. Se trata de niños, embarazadas y mal nutridos.
De ahí que, con estos sentimientos contradictorios (indudablemente hay allí muy buenos profesionales de la salud con muy buenas intenciones que dictan cursos de valía y además es halagüeño ser reconocido por el trabajo que uno hace) es que declino, con tristeza, el galardón.
Con sinceridad,

Lic. Silvana Buján
2015