Editorial del Programa ECOS del día 26 de Marzo de 2016
INTA censura trabajo contra el fracking
El colega Darío Aranda una vez más investiga un tema que difícilmente veamos aparecer en los medios. Dice “Un trabajo del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria confirma el avance hidrocarburífero sobre las chacras frutícolas de Río Negro y alerta sobre las consecuencias. Es la primera vez que la institución aborda el tema de manera pública. La investigación iba a ser presentada en la Universidad Nacional del Comahue, pero fue censurada por autoridades del INTA”. Cómo es esto?
“La frontera hidrocarburífera avanza en Río Negro de la mano de la fractura hidráulica, cuando todavía no está claro su impacto ambiental. La técnica experimental es cuestionada en diferentes países por el alto riesgo de contaminar las reservas subterráneas de agua, amenaza la economía de la fruticultura y a la población rural de Allen, donde se instaló sin consulta previa, debate ni licencia social”. La advertencia proviene, por primera vez, del INTA. Lo paradójico: en lugar de dar a conocer el estudio, alertar a la sociedad y convocar a debatir políticas públicas y posibles soluciones, el INTA censuró la difusión del trabajo, prohibió la presentación del mismo en una jornada académica e intentó archivar la investigación.
El trabajo censurado firmado por Diego Rodil, aclara que se trata de la primera etapa de una investigación que se enmarca en el proyecto “Políticas públicas, modelos de desarrollo y gobernabilidad en los territorios (Programa Nacional para el Desarrollo y la Sustentabilidad de los Territorios)”.
Entre otras cosas, el trabajo habla de la incompatibilidad de actividades frutícola y gasífera debido a la perdida creciente de suelo productivo y la proliferación de chacras abandonadas, riesgos sanitarios en la fruta, ruidos molestos en la zona, rajaduras en casas, incremento de problemas de salud y riesgos de contaminación de aguas. El trabajo indica con todas las letras que preocupa la proliferación de casos de cáncer y pérdida de embarazos que requieren la urgente intervención de salud pública.
Allen, capital nacional de la pera en el centro del Alto Valle del Río Negro, concentra chacras productoras de fruta y una infraestructura para sostener esa producción, desde galpones hasta frigoríficos.
El trabajo menciona que cada vez hay más chacras abandonadas, derrames de crudo, roturas de cañerías, explosiones e incendios. “El territorio productivo se repliega y se fragmenta, dando lugar a prácticas incompatibles con las agropecuarias, con la consecuente pérdida de suelo productivo, de productores y de puestos de trabajo”.
“La extracción de hidrocarburos no es compatible con la producción agropecuaria y la residencial. El Estado debe regular este conflicto y generar políticas públicas que protejan el suelo productivo y a la población rural”, dice. En las conclusiones parciales, se puede leer: “La ‘crisis frutícola’ no justifica el cambio de uso del suelo rural, por el contrario debería representar una oportunidad para debatir un nuevo modelo basado en la soberanía alimentaria, la agricultura familiar y la agroecología”.
Recordemos que en 2013 el Concejo Deliberante de Allen a través de una ordenanza prohibió el fracking, pero un par de meses después, a instancias del gobierno provincial, el Tribunal Superior de Justicia declaró inconstitucional la ley local.
Cuenta Darío Aranda – a quien agradezco la minuciosa investigación- que este trabajo de Diego Rodil del INTA iba a ser presentado el 12 de noviembre en la VII Jornadas de la Asociación Argentina Uruguaya de Economía Ecológica, en la Universidad Nacional del Comahue sede Neuquén. Pero, el día anterior, Rodil recibió un llamado del director de la Estación Experimental Agropecuaria INTA Alto Valle, Jorge Toranzo, quien le prohibió que dé a conocer la investigación y le dijo que a la mañana siguiente se presente en el INTA, en el mismo horario en el cual supuestamente Rodil iba a estar dando su charla en la Universidad.
Y le mandaron un email que dice “Esta Dirección no considera pertinente su exposición en las Jornadas de Economía Ecológica, como así tampoco que sea publicado por los organizadores de las Jornadas. Esperamos que esta situación no vuelva a repetirse”.
El INTA supuestamente tiene que dedicarse en esa zona al sector frutícola, pero anda organizando desde hace un par de años charlas en las cuales se invita a petroleros que cuenten sobre lo inocuo y bueno que es el fracking. Y hasta llama a petroleros a dictar cursitos en los que se afirma que el fracking “tiene impacto cero”.
El INTA nunca se refirió al tema en público ni alertó de los riesgos de la avanzada petrolera.
Eso sí, enseguida se pone las pilas si viene la langosta o si viene la lluvia.
Claro que la langosta o la lluvia no manejan dinero…