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Editorial del Programa ECOS del día 24 de Junio de 2017

 

Suicidio por honor

 

Una curiosidad que, puesta frente a nuestra realidad argentina, nos da escozor:
Renunció hace un par de semanas el ministro de Reconstrucción de Japón por unas declaraciones que hizo sobre Fukushima: El ministro Imamura dijo que afortunadamente, el desastre tuvo lugar en la prefectura de Fukushima, en el extremo noreste de Japón, porque de haber ocurrido en una gran ciudad como Tokio las pérdidas económicas que en Fukushima ascendieron a unos 226.000 millones de dólares se habrían multiplicado. Además, el primer ministro Shinzo Abe, también salió a pedir perdón.
Renunció porque sus palabras han sido calificadas de insensibles, ya que el terremoto y el tsunami de Fukushima en 2011, dejaron cerca de 16.000 muertos y más de 2.500 desaparecidos. Además, miles siguen fuera de sus casas por el accidente nuclear. Imamura, de 70 años de edad, pidió disculpas, pero ha tenido que renunciar.
Me recuerda al caso de corrupción en 2007 cuando el ministro de Agricultura, Toshikatsu Matsuoka se ahorcó en su casa, horas antes de tener que comparecer ante el Parlamento debido a un escándalo de corrupción y malversación de fondos públicos.
O a cuando en China debido a la venta de leche contaminada con melamina murieron 6 bebés y hubo 300.000 intoxicados, y uno de los responsables intentó suicidarse.
Recuerdo estas cosas y me da por pensar en el honor.
Veo los pueblos fumigados y me da por pensar en el honor. ¿No le estremece, aunque sea un poquito?