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Editorial del Programa ECOS del día 12 de Mayo de 2018

 

Seralini de nuevo: ahora los coadyuvantes del bidón

 

 

La Red del Tercer Mundo difundía vez pasada un trabajo científico publicado en Toxicology Reports firmado por varios investigadores entre ellos el famoso y respetado Eric Seralini, que cuenta que de los agrotóxicos que se venden en el mundo, la gran mayoría son los herbicidas basados en glifosato. Los científicos de la Universidad de Caen, autores del trabajo, recuerdan las controversias sobre su toxicidad.
El artículo señala que estos herbicidas se mezclan con agua, con alrededor de 36-48% de glifosato, que le da el nombre como principio activo. Pero ¿qué hay en el otro casi 60% que tiene adentro el bidón?
Al igual que con otros pesticidas, entre el 10-20% de los herbicidas basados en glifosato tienen coadyuvantes químicos, que son principalmente familias de moléculas con base a petróleo, como el polio xietil enaminas (POEA) y otras sustancias contaminantes.
Sin embargo, la composición exacta del bidón se considera información empresarial confidencial, lo que no permite a los científicos describir su mecanismo de acción en organismos no objetivo o incluso en las mismas plantas. Estos coadyuvantes son declarados como inertes por los fabricantes.
Para comprender su modo de acción, estos científicos de la Universidad de Caen Normandía – Francia, estudiaron los efectos de la toxicidad del herbicida en plantas y en células humanas, usando como modelo experimental el glifosato solo y 14 formulaciones de herbicidas basadas en glifosato.
Los investigadores encontraron que la familia de coadyuvantes de POEA solas, tenían fuertes propiedades herbicidas y tóxicas en el corto plazo.
También lo probaron en células humanas, encontrando que las formulaciones (glifosato+ POEA) tenían un mayor efecto como disruptor endocrino y eran incluso más tóxicas que el glifosato.
El estudio también identificó la presencia de varios metales pesados, arsénico, cromo, cobalto, plomo y níquel, que se sabe que son disruptores tóxicos y endocrinos, como contaminantes en los bidones de 22 de los productos estudiados, incluidos 11 basados en glifosato. Esto también podría explicar algunos de los efectos adversos de los agrotóxicos.
Ahora, lo alarmante que una vez más se desnuda aquí, es que en los modelos aplicados por las agencias regulatorias para determinar la ingesta diaria aceptable de pesticidas, hechos in vivo, el glifosato y otros pesticidas se evalúan solos, sin los coadyuvantes. Teniendo en cuenta estos nuevos datos, este método de evaluación es insuficiente para garantizar la seguridad de los seres humanos. Lo venimos diciendo, reclamando, y publicando al SENASA y a las autoridades desde hace años. La Auditoría General de la Nación conminó al SENASA que modifique sus metodologías para evaluar la toxicidad de las sustancias, que les ponga a todas banda roja y baraje y reparta de nuevo.
Pero nada. La respuesta fueron las buenas prácticas agrícolas. Que es como que yo le pregunte la hora y usted me responda “tercer piso”.
Estos resultados también arrojaron nueva luz sobre la evaluación de la toxicidad de plantas genéticamente modificadas tolerantes al Roundup (el herbicida basado en glifosato) porque podrían contener altos niveles de coadyuvantes tóxicos.
Ya no sabemos qué más hace falta para que detengan este modelo de matar que se autodenomina alimentario.
Si quiere la fuente, el trabajo completo, o la recopilación que el amigo Eduardo Rossi viene haciendo de trabajos científicos sobre el tema, escríbame que con todo gusto se los enviaré.

Fuente
N. Defargea, J. Spiroux de Vendômoisb, G.E. Séralini. 2018. Toxicity of formulants and heavy metals in glyphosate-based herbicides and other pesticides. Toxicology Reports 5: 156-163
https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S221475001730149X