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Editorial del Programa ECOS del día 24 de Abril de 2021

 

Recorrido nuclear

 

 

Muy buenas, quería abrir con el tema nuclear, que hace varios programas que no toco, y que está preocupando a todos los que logramos percibir y comprobar el riesgo y la locura que comporta la energía nuclear.
Pero primero vamos un cachito a Corea del Sur, y a ver qué están haciendo las salpas. ¿Qué son las salpas? Son una especie de medusa que decidió irse a vivir y reproducirse mucho (pero mucho) en el caño de desagüe de una central nuclear en ese país, al punto de taponarlo. Los coreanos tuvieron que apagar precipitadamente la central (y ya van otras veces que vienen cerrándola por el mismo motivo) por la afluencia de este simpático invertebrado marino.
Piensan que puede ser que el incremento en el número de salpas se deba al cambio climático, pero la preocupación está.
Cuando leía esa nota y pensaba en las salpas del mundo taponando los caños de las centrales nucleares al borde de los océanos, pensaba en el Hualong One y en el uranio enriquecido, que sobrevuela como un fantasma nuestra realidad argentina.
Nunca cumplieron con la Ley Nacional 25675 sobre el obligatorio estudio de Impacto Ambiental y Audiencia Pública, allí en Zárate, ni para este proyecto ni para los anteriores, en el parque atómico que allí hoy hay, con Atucha I, Atucha II, el Carem 25, el proyectado Hualong One de China y quién sabe, otra central a uranio natural como el Candu.
¿Cómo evaluar el riesgo de ya no una, sino 4 centrales nucleares o cinco, todas en el mismo lugar, a metros una de otra?
Esto no sucede en ninguna otra parte de Latinoamérica, es un riesgo demasiado alto, sea por catástrofe natural, sea por accidente, sea por incendio, sea por atentado, sea por caída de avión.
Imaginen multiplicar por 4 (o 5) chernobyles. O 4 o 5 Fukushimas, todo en un mismo lugar. A 10 kilómetros de Lima, y a 25 kilometros de Zárate. 10.000 personas en Lima, y Zárate con casi 100.000 habitantes. Y 4 o 5 chernobyles o fukushimas a 100 kilómetros de Buenos Aires. Al borde del Rio Paraná, de cual toma agua toda la ciudad de Buenos Aires, como único suministro, aguas abajo, 100 kilómetros aguas debajo de 4 o 5 centrales nucleares de potencia.
El efecto en kilómetros de Chernobyl se estima en 200 kilómetros. Y Zarate está a 100.
El efecto en kilómetros de Fukushima, se estima en 370 kilómetros cuadrados, donde a las personas no se les permite regresar debido al riesgo que representa la radiación. y en el primer año, más de 160.000 personas abandonaron sus hogares, de las cuales, a hoy, unas 40.000 no han regresado.
De hecho, a una larga década, además de no haber podido regresar a la zona contaminada, Japón ya no sabe qué hacer con los miles de tanques con más de un millón de toneladas de agua radiactiva acumulada, según datos oficiales, y va a echar al mar el agua contaminada, a pesar de la fuerte oposición local a este proyecto.
Esta decisión pondría fin a siete años de debate sobre cómo deshacerse del agua procedente de la lluvia, de las aguas subterráneas o de las inyecciones necesarias para enfriar los núcleos de los reactores nucleares.
Digo, pensemos en 4 ó 5 centrales nucleares sin evaluación de impacto ambiental acumulativo, sin audiencias públicas, a 10 km de Lima, a 20 de Zarate. a 100 de la ciudad de Buenos Aires y al borde del río que da de beber a 12 millones de personas. Es sobrecogedor. No es tecnología de punta.