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Editorial del Programa ECOS del día 30 de Octubre de 2021

 

Tres fallos a favor de la vida

 

 

Hoy quería abrir con dos buenas.
¿Recuerdan el pasivo ambiental de la Petroquímica Capitán Bermúdez, en Santa Fe?
El juez sanlorencino Carlos Gazza revocó el fallo dictado por su entonces par Juan José Tutau -ya jubilado-, quien determinó en marzo de 2019 el cierre de la causa por contaminación ambiental en la planta de Petroquímica Bermúdez.
Los fiscales podrán reanudar la investigación e imputar a los responsables.
La defensa había pedido prescripción de la causa penal, durante acaloradas audiencias, en las cuales se expuso contaminación, corrupción, que nunca se investigó se hubieron víctimas entre los vecinos de la localidad.
Para el juez de San Lorenzo, el grado de contaminación en Petroquímica Bermúdez es tan evidente y tan elevado que el peligro estuvo y está latente sobre toda la comunidad, afectando derechos supraindividuales.
Residuos tóxicos en suelo y en napas freáticas del predio de 21 hectáreas, con altísimos índices de contaminación ambiental, tricloroetileno, cloroformo, tetracloruro de carbono, tolueno, tetracloroetano, xilenos, asbesto, y tetracloroetileno… todo eso se halló al analizar las napas freáticas.
Dice el fiscal Schiappa Pietra: “La contaminación en Petroquímica Bermúdez es fenomenal. Hay niveles alevosos de sustancias dañinas para la salud en agua, aire y suelo, brutalmente por encima de los valores permitidos”. “La causa se archivó ilegalmente”. Y bueno, por suerte, se volvió a abrir.
Y la otra buena nueva es el dictamen del Fiscal por el caso del Trigo transgénico. Seguro lo escuchó por ahí: El fiscal Fabián Canda dictaminó la suspensión de la resolución 41/20 de la Secretaria de Bioeconomía y Alimentos que autoriza la comercialización de trigo genéticamente modificado.
¡Nunca se realizó un estudio de impacto ambiental, ni audiencia pública que garantice la participación ciudadana en cuestiones de tan alto interés público como es la harina de trigo!
Es el trigo resistente al glufosinato de amonio, ese herbicida mucho más tóxico que el glifosato que está ya prohibido en la Unión Europea para su uso agrícola. Argentina no solo lo usa, sino que lo pensaba echar al trigo transgénico, trigo que no se planta en ninguna parte del planeta.
Dice su dictamen que esa Resolución se encuentra “completamente desprovista de este balance adecuado entre riesgos y beneficios”.
Qué tal. Así se hace, señor fiscal.
Y la tercera buena viene de México. Recordarán que México es la cuna mundial del maíz. En ECOS hablamos varias veces con miembros de la campaña “Sin Maíz no hay País” desde la cual vienen rechazando en los juzgados las embestidas de Bayer/Monsanto para introducir el maíz transgénico en ese bello país, con lo cual, por cruzamiento, todo quedaría en “chau maíz, sin país”… La cosa es que luego de una década de papeleos, mala sangre y visitas a los tribunales, por unanimidad, la Suprema Corte negó todas las impugnaciones presentadas por Bayer-Monsanto, Syngenta, PHI y Dow Agroindustria, en una decisión histórica a favor de la preservación de los maíces nativos, la milpa y el ejercicio de los derechos colectivos. Gano´ la biodiversidad de los maíces mexicanos, las comunidades campesinas y las personas consumidoras de maíz.