Editorial del Programa ECOS del día 17 de Diciembre de 2022
Virus prehistóricos y cambio climático
Muy buenas. El diario Perfil estuvo revisando los trabajos acerca de los bichos (virus, bacterias, además de mamuts o lobos) que surgen ante el derretimiento del permafrost, de los hielos árticos y de las zonas heladas nórdicas. El cambio climático está azotando en la forma de tremendas tormentas en zonas donde antes nunca (vean Ischia en Italia, por ejemplo, con derrumbe de cerros y muertos en el lodo, o las olas del Mediterráneo que se llevan gente de los paseos costeros, o en fin, lo que día a día aparece en los medios, tanto por tormentones como por áreas de sequías, los incendios consiguientes y la pérdida masiva de casas, animales, cultivos y a veces gente.
Estas últimas son siempre las principales amenazas que visualizamos como efectos del cambio climático, sumado al aumento del nivel del mar y cosas asi.
Pero ¿percibimos que la próxima pandemia podría empezar en los hielos del Ártico que se derriten?
Que suba la temperatura implica que el hielo se derrita. En nuestra cocina cuando descongelamos la heladera está perfecto, pero, en esos hielos que tienen miles de años congelados, algunos de ellos de antes que los hombres anduviesen por allí, ¿qué congelaron además de agua? Polen, semillas, plantas, animales, si, y virus también. Se habla de riesgo de "desbordamiento viral" en un trabajo publicado por la Proceedings of the Royal Society B, estudio que indica que a medida que aumentan las temperaturas globales es más probable que los virus y las bacterias ocultos en los glaciares y el permafrost puedan despertar e infectar la vida silvestre local.
Decir “local” después de la experiencia de la pandemia, es casi irreverente.
Y agregan que el Alto Ártico podría convertirse en un terreno fértil para las pandemias emergentes.
En el año 2014 los científicos franceses del Centro Nacional de Investigación Científica de en Aix-Marseille, revivieron un virus gigante del permafrost de la Siberia, volviéndolo infeccioso nuevamente luego de estar dormido 30.000 años. Y en aquél momento, los científicos dijeron a la prensa que derretir esas capas de hielo podría ser "una receta para el desastre".
En 2016, dos años solamente más tarde, allí en Siberia, se produjo el descongelamiento de un reno infectado con antrax, y resultó muerto un niño e infectadas al menos siete personas. Había habido una olita de calor que expuso el cadáver del reno al aire.
El año pasado, los investigadores de la Universidad Estatal de Ohio en EEUU encontraron material genético de 33 virus de unos 15mil años de antigüedad, 28 de ellos desconocidos, en hielos del Tibet, en China.
Ahora aparece la información sobre el "pandoravirus", el virus gigante (puede verse con un microscopio común) que resucitaron de 16 metros por debajo del fondo de un lago en Yakutia, Rusia, y que tiene 48.500 años.
Los virus congelados durante mucho tiempo pueden despertar y comenzar a reinfectar a los huéspedes. Y a hoy, es imposible estimar cuánto tiempo estos virus infectan una vez expuestos a las condiciones ambientes ni qué probabilidades hay de que infecten a un huésped y se propaguen.
Simplemente no se sabe. Pero, sí se sabe que el riesgo aumentará en el contexto del calentamiento global cuando el deshielo del permafrost siga acelerándose y mucha más gente se instale a vivir o a trabajar en esas “nuevas regiones aptas”, con lo cual, aquellos virus que ahora se despiertan allá arriba en zonas imposibles para la vida humana como la nuestra, tendrán a la mano a gente, y quien sabe. Quién sabe…