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Editorial del Programa ECOS del día 7 de Junio de 2025

 

Baños de bosque

 

 

 

Hoy voy a empezar con algo diferente: los poderes curativos de los “baños de bosque” destacando su potencial en la conservación de ecosistemas forestales y el turismo sostenible. En un mundo donde el estrés y la ansiedad son los desafíos más comunes, encontrar un respiro en los entornos naturales puede ser más que un simple lujo: es una necesidad en términos de salud pública. Los “baños de bosque”, también conocidos como shinrin-yoku, han ganado popularidad en distintas partes del mundo por sus beneficios en la salud física y mental. El concepto de shinrin-yoku fue desarrollado en Japón en la década de 1980 como una respuesta a los crecientes niveles de estrés en la población urbana. Diversos estudios han demostrado que la exposición a entornos forestales reduce los niveles de cortisol, la hormona del estrés, y mejora la función inmunológica. Según Li (2010), los baños de bosque estimulan la actividad de las células NK (natural killer), responsables de combatir infecciones y ciertos tipos de cáncer.
En un estudio publicado en la revista científica Environmental Health and Preventive Medicine, Li encontró que las personas que participaron en sesiones de baños de bosque presentaron un aumento en sus niveles de células inmunitarias durante un mes posterior a la actividad. Este hallazgo sugiere que una visita mensual a un bosque o a un espacio natural podría generar efectos positivos prolongados en el sistema inmunológico.
La conexión con la naturaleza no solo impacta la salud física, sino también la emocional. Un informe de la Comisión Nacional Forestal de Chile, CONAFOR, en 2019, destaca que los baños de bosque pueden aliviar síntomas de depresión y de ansiedad. La práctica de caminar lentamente entre los árboles, concentrándose en los sentidos y en la respiración, promueve un estado de relajación profunda y mindfulness, similar a los efectos de la meditación.
Desde un enfoque turístico, un estudio realizado por Farkic, Isailovic y Taylor en 2021 argumenta que los baños de bosque pueden integrarse en la oferta de turismo de bienestar. En muchos países, esta práctica ha sido incorporada en programas de ecoturismo y salud pública, permitiendo que tanto turistas como pobladores disfruten de sus beneficios sin necesidad de grandes infraestructuras.
Una reflexión y una planeación regional basada en los servicios ambientales psicológicos de los espacios naturales podría beneficiar tanto a la salud de la población como a la conservación de los ecosistemas forestales. Al fomentar el turismo regenerativo y el bienestar personal, esta práctica podría convertirse en una herramienta clave para el desarrollo sostenible y la mejora de la calidad de vida de muchas comunidades, sobre todo las urbanas y periurbanas.

Hasta cuándo la mano del bosque en la lluvia
me avecina con todas sus agujas
para tejer los altos besos del follaje?
Otra vez
escucho aproximarse como el fuego en el humo
nacer de la ceniza terrestre,
la luz llena de pétalos,
y apartando la tierra
en un río de espigas llega el sol a mi boca
como vieja lágrima enterrada que vuelve a ser semilla.

 

Decía Pablo neruda.